ZAMURO COME BRINCANDO.
Pol° Jesús Rafael González Pirela
@chuogonzalez
El Famoso dicho llanero ¡Zamuro come brincando!, se lo escuche por primera vez a un querido Tío Miguel Yilales†, al señalarme –no sin una risa guardada- el pie inquieto de una bella dama que esperaba ser invitada al baile.
Si me preguntaran al día de hoy ¿Cómo veo las cosas?, un gran resumen sería esa frase. Me siento como mi tío aconsejando la acción y es que los números de las últimas encuestas, nos presentan un panorama nacional, donde existe una brecha de oportunidad enorme a ser conquistada en lo político, organizativo, social y electoral, por todos aquellos opositores que decidan tomar la iniciativa y comenzar a convertirse en una alternativa mayoritaria.
Cualquier analista o consultor de baja experiencia coincide en el diagnostico, algunos otros se atreven a aventurar rutas estratégicas para abordar la realidad que van desde la convocatoria a una Asamblea Constituyente hasta el llamado a organización de cara a las elecciones parlamentarias del año 2015, y todos sin excepción entienden que para lograr convertirse en una alternativa es necesario consolidar la Unidad y sumar más allá del voto tradicionalmente opositor.
La pregunta más importante, cuando cerca del 80% de la población ve a la situación económica, política y social desfavorable y responsabiliza directamente al gobierno de Nicolás Maduro, sería ¿Por qué la oposición no logra concretar en intenciones electorales el descontento social que tiene la gestión de gobierno?
Si bien existen muchas causas, hay una que resalto en mi humilde análisis y tiene que ver con el proceso de elección y toma de decisiones. El cerebro trabaja para tomar una decisión que achique el margen de riesgo. Para votar entre opciones los ciudadanos tienden a hacerlo por la opción que perciba como menos riesgoso.
La respuesta inmediata de cualquiera de mis amigos, sería pero te parece poco todo lo que ha pasado y la situación en que se encuentra el país, ¿qué más riego quieres?; olvidándose que hace pocos meses cerca de la mitad del país decidió por el Candidato del PSUV, como presidente de la nación y hasta la fecha no tienen ninguna otra alternativa de poder que presente una contrapropuesta a los mensajes y aspiraciones que lo motivaron a votar por el Chavismo.
El cerebro no se apaga, sigue operando los 365 días del año, es decir; protegiendo, evitando riesgos, detectando problemas, esquivando peligros, cumpliendo su misión de reinterpretar la realidad de manera de intentar hacer al menos en nuestra imaginación un mapa que permita diseñar un plan de acción mínimo ante las constantes incertidumbres.
Los ciudadanos y electores nunca descansan y siguen escaneando el discurso de los políticos, sus palabras, sus gestos, su publicidad, su música, sus colores; somos unos vigilantes incansables, en búsqueda de los posibles riesgos, posibles amenazas que las opciones políticas le presentan para poner al votante a salvo.
Entonces nuestros cerebros de manera individual y de manera colectiva van sumando las aspiraciones de los individuos sobre los temas de interés del acontecer nacional, trabajan para tomar una decisión que achique el margen de riesgo. Para votar por la opción que perciba como menos riesgoso.
Vale la pena pensar de manera crítica que ha hecho la oposición para superar el esquema de amigo – enemigo que ha dominado los últimos 15 años y convertirse en una alternativa para los miles de venezolanos desencantados del actual gobierno que reduzca la incertidumbre normal del cambio y minimice los riesgos de cambiar de decisión; una primera respuesta muy ajustada sería NADA.
Estoy seguro que muchos políticos dirán que hay un bloqueo informativo que ha hecho que el impacto de muchas acciones emprendidas en todo el país se vean disminuidas, lo que no significa que no hayan existido; pero en resumidas cuentas los éxitos políticos no se miden por intenciones de las acciones, sino por la efectividad de persuadir que existe una opción sobre la cual se puede decir de manera segura y sin mayores riesgos.
Hoy los demócratas, tenemos un gran reto, revitalizar la protesta ante las nefastas políticas económicas y sociales del actual gobierno para mantenerla en el tiempo de manera pacífica, organizada, direccionada y contundente, con objetivos claros, siempre en el marco de la constitución nacional y enmarcada en la ruta electoral, esto suena muy fácil pero no lo es. Esto requiere de todos los talentos y formas creativas para persuadir a los no convencidos del fracaso general de este gobierno, pero sobre todo requiere de la voluntad política de los líderes democráticos de trabajar de manera unitaria y direccionada sobre la base de los grandes problemas que le interesan a la mayoría de los venezolanos.
Las acciones emprendidas deberán reducir las brechas de comunicación que hoy generan incertidumbre y miedo en los electores; en resumen, PONER UNA ALTERNATIVA POLÍTICA EN LA CALLE, no es posible conquistar el descontento sino se hace efectivamente nada.
Más vigente que nunca el dicho ZAMURO COME BRINCANDO.
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