miércoles, 31 de diciembre de 2014

Que Dios nos agarre confesados

 Por: Miguel Yilales
@yilales

Hace un año les deseaba a mis lectores “Un venturoso 2015”, en especial porque en Venezuela se vislumbraba un porvenir nada optimista para el 2014.
De haber sabido que predecir el futuro, aunque deseaba equivocarme de plano a plano, era algo tan fácil me hubiese puesto a competir con Hermes, Aisha, Adriana Azzi o Eddy Montilla para adivinarlo, claro trataría de ser un poco más preciso que un supuesto profeta americano que pronostica para el 2015 un panorama conflictivo y de mucho sufrimiento para esta tierra en desgracia, como sí eso no lo supiera hasta el más lerdo, a menos que esté en el poder, que parece los hace sordos y ciegos ante lo que se avecina.
Y es que pronosticar mirando los astros, lanzando los caracoles, leyendo el tabaco o la borra de café no es algo en lo que aspire a incursionar, pero profetizar el futuro de un país conociendo los antecedentes y los indicadores es, como dirían los norteamericanos, a piece of cake, por lo que puedo asegurar que lo que viene es joropo sin alpargatas.

Adivina, adivinador

Sabemos que el próximo año tendremos elecciones parlamentarias y que el oficialismo continuará con el fraude continuado a que nos tiene acostumbrado: el día de las elecciones el CNE emitirá una prórroga, en ese momento saldrá una gente, que los captahuellas no identificarán pero que votarán; nuevamente modificarán los circuitos electorales; habrá peculado de uso en la campaña electoral; nos calaremos la bendita baranda esperando los resultados y seguramente nos volverán a defraudar con algún chanchullo.
En cuanto a la justicia bolivariana nada nuevo que esperar, esta seguirá actuando solo a favor de los miembros del PSUV, ahora más cuando sus magistrados deberán proceder, no como se representa la justicia desde el siglo XV con una venda en los ojos, una balanza y una espada, sino con los ojos abiertos según las instrucciones dadas por el capo de la Asamblea Nacional el día que juramentó a los “magistrados mayoría simple” que ahora integran el máximo tribunal de la nación.
En lo que concierne a la política, esta estará sin timonel y sin rumbo, ya que el propio jefe del ejecutivo decidió delegar esa nimiedad en todos sus ministros, mientras él se dedica a enfrentar la guerra económica, lo cual pareciera una irresponsabilidad mayúscula, no porque no sepa de economía (que no sabe), ni tampoco por que no sea su responsabilidad (que creo desconoce) sino porque esa guerra fue anunciada en noviembre de 2013 y es ahora para el 2015 que se va a dedicar al tema.
Con respecto al discurso este se mostrará más errático, no porque alguna vez haya tenido coherencia sino porque al reactivarse las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, se acabará el discurso majadero y trillado que siempre ha usado la izquierda latinoamericana para encontrar en el vecino del norte las culpas de nuestras incapacidades, como si el despilfarro de más de un millón de millones de dólares, la corrupción, las expropiaciones, la falta de producción o la destrucción de PDVSA hubiese sido ocasionada por el Imperio, a menos que nos vayan a decir ahora que el "huésped de la montaña" era un agente de la CIA, infiltrado para destruir el país y nuestra economía, como lo fueron en un principio Noriega o Husseim.

Sigue la tempestad

Sí de los derechos humanos se trata veremos cómo continuarán las violaciones, que según el rojo poder inmoral (no fue moral su designación), no existen, con lo cual los 3 monitos no actuarán contra estos crímenes porque ellos están ahí para contribuir con un estado chavista, revolucionario y antiimperialista.
La oposición pasará los primeros meses del año dilucidando si se debe escoger a los candidatos a diputados por primarias o por consenso, luego cuanta es la cuota que les corresponde a cada uno de los partidos, para finalmente presentar los mismos nombres de siempre, algunas personas sin experiencia o sin convicciones que se pegarán al mejor postor y que en el peor de los casos saltarán la talanquera o no asistirán a las sesiones, con lo cual escribirá otra página sobre lo que no hay que hacer para sacar a unos autócratas.
Quisiera creer que los venezolanos despertaremos y empezaremos a actuar como ciudadanos, con deberes que importen tanto como los derechos, mientras tanto no me queda más que seguir deseando un venturoso 2015, aunque soplen vientos que anuncien tempestades difíciles capear, y que Dios nos agarre confesados.

Llueve… pero escampa